Somos Hermanas de la Virgen María del Monte Carmelo, nacimos a la sombra de la Orden del Carmen en Caudete, un 6 de marzo de 1891.
Nuestra misión como Carmelitas es buscar y vivir en este mundo la presencia del Dios vivo y verdadero y ayudar a los hombres a descubrirle mediante el testimonio de nuestra vida fraterna, sencilla y austera y nuestra actividad apostólica, inspirándonos en la Virgen María y en el profeta Elías.
Consagradas para la Misión y enviadas como Jesucristo, realizamos nuestra misión profética desde el compromiso de la vida en comunidad. Las actividades con las que nos proponemos lograr nuestro fin específico en la Iglesia son: la formación integral de niños, jóvenes y adultos, la asistencia a enfermos, ancianos, pobres y marginados y otras necesidades de la Iglesia y de la sociedad que se identifiquen con nuestro Carisma.
María, nuestra Madre y Hermana, es modelo y estímulo de nuestra consagración. Es la Mujer que se adhirió total y responsablemente a la voluntad de Dios, acogió la Palabra y la puso en práctica. El amor e identificación con María nos hace ser apóstoles con Ella y de Ella; nuestra misión es darla a conocer y amar.
En Elías, profeta audaz y amigo de Dios, vemos el ejemplo del celo ardiente por la causa del Dios vivo y verdadero, abierto constantemente a su voz y sensible a las exigencias más profundas del pueblo. En él aprendemos a ser mujeres de corazón íntegro, que saben leer los nuevos signos de la presencia del Señor de la historia y vemos lo que debe ser nuestro testimonio profético de proclamar la primacía de Dios y de ser instrumentos de su ternura para con los pequeños y los humildes, trabajando por la justicia y la paz entre los hombres.
El Carisma Carmelita nos mantiene unid@s dentro de la gran familia de l@s Herman@s de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, al que nuestra Congregación de Hermanas de la Virgen María del Monte Carmelo pertenece, con su propia impronta de Espiritualidad, que está fundamentada en el modo en que nuestra Fundadora, Madre Elisea Oliver Molina, encarnó y plasmó en su vida y que nosotras definimos como«sencillez evangélica».
Este valor lo descubrimos como fundamental del legado espiritual de Madre Elisea y forma parte de la identidad de la Congregación como modo de vivir “en obsequio de Jesucristo” los valores del Carisma Carmelita: oración-contemplación, fraternidad y servicio.
Como fraternidad carmelita buscamos el rostro de Dios en el corazón del mundo nos sentimos parte viva de la Iglesia y de la historia, compañera de los que sufren, esperan y se comprometen en la construcción del Reino de Dios.
HH de la Virgen María del Monte Carmelo.